jueves, 26 de agosto de 2010

Imagen tomada de: www.roadsworth.com/


Si conocieras la ruta
que sigue el escalofrío
que siento
cuando huelo tu mejilla
entenderías que no miento
cuando digo que te extraño.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Hay días grises, y los que pasan en blanco.




Dame cinco varas[1] o te quiebro el culo[2] –me dijo-, te doy cincuenta si me lo quebrás ahorita, le respondí.

Me vió, y salió corriendo.

(suspiro)

A veces, ni las balas se apiadan de uno.



[1] Quetzales
[2] Por: te mato, te hago mierda.

martes, 10 de agosto de 2010

Latitud, tu ciudad y la mía




Si hubiéramos amanecido juntos, y
Me hubieses leído
Hoy no sentiría este siglo de ausencia
Que llevo desde la luz del martes.

Pero para amanecer juntos
Hubiésemos debido terminar con la noche,
Soportar la madrugada,
Y haber superado el miedo,
De esta noche,
De esta distancia.

lunes, 2 de agosto de 2010

Resquicio




Seguir la grieta del asfalto y perderse en el mareo, sentir la nausea de la cabeza siempre abajo, recorrer los caminos buscando las cicatrices de las banquetas, ver los zapatos, la basura y los tréboles de cuatro hojas que olvidaste en la última mudanza.

Ojala ese rompecabezas que armas en las madrugadas, no sea sino una excusa para eludir que amanezca y no un motivo para volverte loco.

Mejor la cabeza abajo, y esperar no coincidir con otros ojos que te recuerden, que cada día sigue allí, con el mismo ímpetu del llanto de un niño que no mama.

Avísame si encuentras tregua en el vómito o en la taquicardia abrazando un bidé color blanco.

No, esa no es desesperanza.

Solo es otro día que disipaste en el tránsito de una vida que insistes en seguir dilapidando.