Esta sensación de angustia
Y este temblor de manos
No son sino
La confesión de amor más hermosa
Que hubieses imaginado,
La que no escucharemos
No ahora, tampoco sé cuando.
En tardes como éstas
Cuando siento el corazón
A desfase de los delirios
Y del resto de bips del cuerpo
Quiero largarme a esas plazas
Que habitan otros, del otro lado del mundo
Debajo del sol,
Para aparecer y luego desaparecer.
Si el tiempo sobrevive a los amantes,
Persiste el temblor de manos.
Y nada parece mal.
2 comentarios:
anita, como veinte mil años después, cuéntote que te leo, que te estoy leyendo ahora, y que me gusta esto. sí. abrazotes vos!
Gracias¡¡¡¡¡
Que alegre.
Abrazotes también.
Publicar un comentario