Rothko tomado de: http://www.theage.com.au
Quizá del tono justo
de la lluvia en la cara,
de la tormenta encima y la desnudez,
del horizonte en las calles
que se quedaron atrás,
del azul de la madrugada en los pies descalzos,
del blanco de la página,
del tono que no conecta,
del agua salada enfrente del ojo,
de la luz que no parpadea,
de la música que no suena,
del rojo del párpado mientras el beso no es real,
de la luz del foco apagado.
El mismo que del silencio.
2 comentarios:
y la soledad que se presentan con miles de colores, cada una con una gama diferente que nos hace brillar o muchas veces estar demasiado opacas.
Que bonito esta Ana, queremos seguir leyendo-te!! Muchos abrazotes
Carmen
Que bueno es leerte de vuelta...
Un abrazo desde el calor y los temblores!!!
El Castor y la Oveja
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