lunes, 11 de octubre de 2010

Allí



Te hablo a vos desde estos pies
desde este sitio cubierto de ópalo,
a vos, que estás del otro lado,
que temés y te angustiás,
y te reís, y no entendès, y te empeñás
en no creer que le temés a la muerte,
esa que no es sino la otra soledad.

De este lado donde las bocinas solo hacen eco
y no me dejan pensar;
no encuentro las flores de lavanda que te prometí,
abundan las noches donde me pierdo,
donde los alcoholes dejan ver sus arrugas,
y entonces extraño el tiempo
donde me reía de la lluvia, y caminaba,
y te sabía del otro lado
y todo parecía ... muy distinto a hoy.

También he estado allí -vos sabés-, pero de este lado
las cosas no son muy distintas,
tal vez más ventanas, besos en fin de semana,
el resto del tiempo, nada volvió a ser igual.

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