El valor en las palabras de una voz que se quebraba.
La alegría vistiendo zancos.
La ilusión en un girasol ya marchito.
La soledad en tanta gente.El rencor en una mancha de vino. Al engaño en un kiosco de feria. A un juez ser culpable rodeado de olvido. Un lago muerto repleto de vida.
A la muerte en un tubo de cristal siendo hermosa. Dolor en números, en polvo, en tabletas, retratado en blanco y negro.
Convencida que otra vida es posible, día a día insisto en despertar.
Convencida que tantas cosas son una porquería, abro la ventana y digo 500 barbaridades diariamente. Segura que la ignorancia es bendita, como un enorme trago de tequila cuando me siento –incluso- más confundida. Me repito siempre que lo mejor es no parar.
Tengo una perra, extraño a mi gato, te sueño mariposa tecnicolor